Mirar una boca ajena es, bajo ciertas circunstancias, la señal inequívoca de deseo o nerviosismo. Sin embargo, también, es una forma franca y directa de comunicarse. Davie Lesther Rufasto Godos es el ejemplo viviente de que se puede transmitir y entender sentimientos, pensamientos, emociones observando la abertura anterior del tubo digestivo de las personas.
También es la refutación de que el respeto y la virtud de la empatía se logra manteniendo la boca cerrada.
Una persona sorda y la lectura labiofacial
Ver las manos para comunicarse con un sordo es lo que de forma común hacemos y esperamos que la otra persona responda de la misma manera. Con Davie Rufasto Godos la transmisión de mensajes no funciona así.
Él no entiende de señas, pero sí de lectura labiofacial; un proceso en el que se intenta comprender lo que el otro dice, mientras se le observa los movimientos de los labios y otros gestos faciales.
“Tu cráneo encierra tu cerebro. ¡Pero nunca olvides que cada vez que abres la boca para hablar, has abierto tu mente para que el mundo entero vea lo que se esconde allí!”, apuntaló Israelmore Ayivor.
Si los ojos son la ventana del mundo, la boca es la confirmación de lo que somos o hemos dejado de ser. “Los ojos de uno son lo que uno es, la boca es en lo que uno se convierte”, acepta el novelista inglés John Galsworthy.
Los resultados hablan por él
Davie tiene 32 años y ninguno de estos los ha pasado en vano, pues, ha sabido aprovecharlos, pese a su discapacidad auditiva y del habla.
A sus ocho años asistió a una escuela de educación especial para niños sordos, pero por lo complicado que le resultó aprender el lenguaje de señas, el resto de sus etapas las pasó en un colegio convencional.
La lectura labiofacial es una competencia pedagógica crucial para personas sordas o con pérdida auditiva, ya que permite la comprensión del habla observando los movimientos labiales y las expresiones faciales. Esta habilidad transforma movimientos visuales en palabras significativas, y requiere el desarrollo de nuevas rutas cerebrales, jugando un papel esencial en la comprensión del lenguaje.
Davie lee los labios para entender a los demás, pero ¿cómo hacen los demás para comprenderlo? Si no captan lo que sus labios dicen, procede a escribir, en lo que encuentra a su alcance: una hoja o su celular, que, por lo general, siempre tiene de cerca, mientras trabaja con los ojos frente a su fiel herramienta: la computadora.
Los labios son una parte del cuerpo más sensibles, debidos a sus terminaciones nerviosas. No tiene glándulas por donde sudar, por eso es necesario humedecerlos con constancia para evitar que se agrieten.
Para Davie no hay límites que detengan sus ganas de triunfar, y para sus hermanos, tampoco. Él es el mayor de cuatro. Su segunda hermana también padece de sordera. Esta condición no ha impedido que se desarrollen profesionalmente.
Si los ojos son la ventana del mundo, la boca es la confirmación de lo que somos o hemos dejado de ser. “Los ojos de uno son lo que uno es, la boca es en lo que uno se convierte”, acepta el novelista inglés John Galsworthy.
Davie trabaja en la Universidad Nacional de Piura, la misma de donde egresó como ingeniero de informática y, posteriormente, obtuvo su Maestría en Dirección y Gestión de las Tecnologías de la Información y Comunicaciones.
Es feliz ahí, no hace falta preguntarle porque su sonrisa, que no necesita de sonidos, lo delata. Trabaja de una de la tarde a ocho de la noche. Instala programas, ensambla los CPU y formatea computadoras.
La tecnología lo hace fácil
Dentro de su experiencia laboral, ha sido parte del Centro de Capacitación en Informática y Tecnología (Citec). Además, de la Oficina de Tecnologías de la Información (OTI) y últimamente, se encuentra trabajando en la Oficina Central de Investigación en Vicerrectorado de Investigación de la Universidad Nacional de Piura.
También tiene un amplio recorrido en su formación complementaria. Ha participado en la II Tecnotic 2023: Innovación y Creatividad para la Educación, y en el webinar: Estrategias y Herramientas para el Docente Innovador.
Leer los labios no es el único camino para entender lo que otros dicen, también se apoya de aplicaciones diseñadas para convertir el lenguaje hablado, en texto. Y esto es lo que acostumbra a utilizar en eventos de esta envergadura.
Día internacional de la sordera
Según la Federación Mundial de Sordos, la Semana Internacional de las Personas con Problemas Auditivos se celebró por primera vez en septiembre de 1958 y, desde entonces, se ha convertido en un movimiento global que promueve y crea conciencia sobre los casi 70 millones de personas sordas en todo el mundo. El día central de celebraciones es hoy 24 de setiembre.
La mayoría de estas personas (más del 80 %) viven en países en desarrollo y, como grupo, se comunican en más de 300 idiomas diferentes de señas.
Un estimado de uno de cada 500 bebés nace con pérdida auditiva o pierde la audición durante la primera infancia, señala Centers for Disease Control and Prevention, la agencia nacional de salud pública de Estados Unidos.
Davie vino al mundo con una condición de sordera que representó un desafío significativo para sus padres; Manuel Rufasto Huamán (contador público) y Amelia Godos López, quienes, a pesar de no compartir la misma experiencia auditiva, lograron forjar un camino hacia la formación de un profesional de gran responsabilidad. Davie es una variante de David, que significa “amado”.
Aunque la lectura labiofacial se originó en la antigua Grecia, sólo comenzó a implementarse ampliamente como método de enseñanza para personas sordas en el siglo XVIII.
La lectura labial, más que ser simplemente una interpretación de palabras, también facilita la comprensión de mensajes completos y permite detectar emociones o intenciones.
Resulta, especialmente, útil en entornos ruidosos, y para aquellos que luchan por entender completamente a un interlocutor. Sin embargo, también se debe subrayar que no es una técnica infalible,ya que puede ser difícil en situaciones cuando un hablante presenta una pronunciación poco nítida.
Familia, pasatiempos y estudios
El piurano Davie tiene tres hijos; un pequeño de nombre Merth (6 años), concebido junto a su esposa Catalina, natural de Chiclayo, quien labora en el área de Derecho en el mismo centro de trabajo que él, y dos pastores alemanes: Fido y Boby.
A diferencia de Davie, su hijo y su cónyuge no tienen problemas auditivos. Mientras habla de ellos escribiendo en una hoja, hace uso de su otra mano para coger el dispositivo y mostrar las fotografías que tiene de los tres pasando momentos juntos. “La conocí a los 18 años”, escribe como un sol radiante en el cielo azul del verano.
Aprovecha, también, la oportunidad para compartir que le gusta enfocar parte de su tiempo en la cocina, en las aguas, en las pistas y en las canchas de fútbol.
También disfruta de la música, pero para hacerlo debe utilizar sus audífonos especiales. Estos son unos aparatos electrónicos que se ubican dentro o detrás de la oreja. Amplifican ciertos sonidos, y al hacerlos más fuertes oye con algo de facilidad.
Así, una persona con sordera puede experimentar una mejora en la calidad de su audición, lo que facilita su comunicación y le permite participar, de manera más activa, en actividades cotidianas.
A Davie le produce dolor de cabeza mantener estos aparatos puestos por mucho tiempo, razón por la que no los lleva consigo siempre.
Solo le basta leer bocas ajenas para entender al mundo, y seguir viajando con el fin de terminar de conocerlo. Su sueño es conocer Estados Unidos y España. También planea seguir creciendo en el mundo profesional, tanto así que, se encuentra realizando un doctorado en ingeniería industrial, desde el 2022.