Sin Diego Armando Maradona en este mundo, Lionel Messi ha iniciado una catarata de homenajes al ‘Pelusa’. Siempre con la pelota pegada al pie, como si se trata de un hueso más de su cuerpo, la ‘Pulga’ volvió a delirar a los argentinos y a todos los amantes del fútbol y condujo a la Selección Argentina hacia los cuartos de final del Mundial de Qatar 2002, tras la victoria de 2-1 sobre Australia en el Ahmad bin Ali Stadium.
Y lo hizo con importantes récords: su primer gol en eliminación directa —todos los anteriores habían sido en fase de grupo— y sumando 23 partidos mundialistas con la Albiceleste, superando nada más y nada menos que la marca de Maradona; todo esto, en su partido número mil del astro argentino a nivel de clubes y selección. Messi es milenario. Messi es un genio. Es la verdadera expresión del fútbol total. Y está en Qatar para hacer historia, para lograr, en lo que puede ser su última oportunidad, el único título que, para muchos, le impide compararse con Maradona.
Precisamente, Maradona fue el último capitán argentino en levantar la Copa del Mundo (México, 1986). Además, como Messi, fue subcampeón Mundial (Italia, 1990). El Diego se echó el equipo a sus espaldas y rodeado de figuras como Sergio Batista, Jorge Valdano o Jorge Burruchaga, llevo a su selección a cotas muy altas. Hoy, 36 años después, Messi va camino a tocar la gloria, con la experiencia de haber disputado cuatro de estas citas con la final del 2014 incluida.
Amo sobre el rectángulo
El ‘10’ de la ‘Albiceleste’ volvió a ser providencial en un partido que comenzó trabado y que él liberó en un golpe de genio, un zurdazo cruzado. Una verdadera especialidad del genio de Rosario. Aunque fue un gol que ha repetido en muchas ocasiones, sobre todo con la camiseta del FC Barcelona, no fue un tanto cualquiera. El gol es su noveno grito en sus cinco Mundiales, con lo que superó a Diego Maradona, que en sus cuatro participaciones anotó ocho. A sus 35 años, Messi está ya solo a uno de convertirse en el máximo artillero argentino junto con Gabriel Batistuta.
En el compromiso, no hubo acciones de peligro hasta que Messi lo sacudió con el gol del minuto 35, que llegó cuando menos se esperaba. Una falta lateral llevó la pelota a Alexis Mac Allister, que realizó un pase interior que esperaba Nicolás Otamendi. El central paró el balón y lo recogió Messi, que ejecutó su tiro favorito. Con la izquierda, raso, pegado a un palo.
A partir del tanto de la ‘Pulga’, todos los caminos se abrieron para Argentina. Australia estaba rota. Su plan de llevar el partido hasta los 90 minutos con el marcador en cero, como lo efectuó exitosamente ante Perú en el repechaje mundialista, fracasó gracias a la genialidad del ‘10’. Y no solo eso. El segundo batacazo argentino llegó a los 57’ por Julián Álvarez, tras presión de Rodrigo de Paul, otra de las figuras del compromiso. Enzo Fernández, sobre los 77’, puso emoción al compromiso con un tanto a propia puerta.
Fin a la mala racha
Messi nunca había marcado goles en los cruces directos a partir de octavos de final. Sí lo había hecho en fase de grupos: uno en Alemania 2006, cuatro en Brasil 2014, uno en Rusia 2018 y dos en la primera parte de Qatar (Arabia Saudita y México). Ahora sumó uno más para llegar a los tres en esta competencia. Hoy ya le dijo adiós a esa marca adversa.
Messi vale por mil
El partido contra Australia, como lo explicamos en primeras líneas, significó su duelo número 1.000 de Messi como profesional. El nacido en Rosario suma, por ahora, 169 compromisos con la selección argentina, a los que suma 778 con el Barcelona y 53 con su actual club, el París Saint-Germain.
A nivel de clubes, debutó en 2003 a los 16 años en un partido amistoso contra el Oporto defendiendo los colores del Barcelona y de la mano de Frank Rijkaard. Al año siguiente hizo su gran estreno como profesional. En 19 años de carrera profesional, Messi ha marcado 787 goles en esos mil partidos. La ‘Pulga’, además, juega con Argentina su duelo número 23 en Mundiales, a solo dos del récord que ostenta el alemán Lothar Mattaus.
Países Bajos, sabor a revancha
Superado los octavos de final, los cuartos de final de la ‘Albiceleste’ siguen la hora de ruta marcada el conjunto de Lionel Scaloni, que se sitúa a tres pasos de la Copa. Países Bajos, contra el que ha escrito Argentina varias páginas de momentos históricos, será el próximo obstáculo. Una exigencia mayor que la que encontró ante Australia, que dio sensación de ser incapaz de poner en peligro el objetivo sudamericano.
Los europeos vienen de vencer 3-1 a Estados Unidos y el duelo ante Argentina revivirá el duelo por las semifinales de Brasil 2014, cuando la ‘Albiceleste’ se impuso por penales (4-3) luego de igualar en el tiempo reglamentario.
