En el vasto y misterioso escenario del cosmos, un nuevo invitado ha llegado para deslumbrarnos con su breve pero fascinante presencia: el cometa Nishimura. Descubierto por el astrónomo aficionado japonés Hideo Nishimura el 12 de agosto, este cometa ha comenzado a hacer su aparición en nuestros cielos, y su máximo esplendor se espera para el anochecer del domingo 17 de setiembre. Después de este espectáculo celestial, Nishimura se alejará y no volverá a visitarnos hasta dentro de 434 años.
Imperdible
Durante los últimos días, el cometa Nishimura se ha dejado ver en las primeras horas de la mañana, aunque su ubicación cercana al horizonte este antes del amanecer hacía difícil su observación. Según el astrónomo del Observatorio Astronómico Nacional, Miguel Querejeta, “a partir de hoy, el cometa empieza a ser visible al anochecer, a muy escasa elevación sobre el horizonte oeste, avanzando desde la constelación de Leo hacia la de Virgo”.
El cometa, oficialmente conocido como C/2023 P1, se encuentra actualmente a unos 125 millones de kilómetros de la Tierra y continúa acercándose al Sol. A medida que avanza hacia su punto más cercano al Sol, su brillo aumentará progresivamente.
Según los cálculos del Jet Propulsion Laboratory de la NASA, el domingo 17 de septiembre, Nishimura estará a solo 34 millones de kilómetros del Sol. Este día, conocido como perihelio, será el mejor momento para apreciarlo en todo su esplendor.
En Perú, esto sucede aproximadamente a las 6:50 p.m., a diferencia de otros países en la región: Argentina (7:30 pm), Chile (8:15 pm), Colombia (6:45 pm), México (7:30 pm) y Venezuela (7:15pm).
Espectáculo efímero
Aunque Nishimura se ha vuelto visible en los últimos días, su brillo aún se pierde ante el resplandor del amanecer. Sin embargo, es posible que a finales de esta semana se pueda observar a simple vista, aunque con dificultad.
Para asegurar una vista óptima del cometa, los astrónomos aconsejan ubicarse en un lugar despejado, sin obstáculos como montañas, ya que pasará “a poca altura sobre el horizonte oeste”. Se recomienda el uso de prismáticos o un pequeño telescopio para observar los detalles de este visitante celestial.
Miguel Querejeta nos ofrece una descripción visual: “En fotografías de larga exposición, el cometa tiene tonos verdosos, pero a simple vista (incluso con prismáticos) aparece como una mancha blanquecina en el cielo”.
Un cometa de largo periodo
Nishimura es un cometa de largo periodo, lo que significa que tiene una órbita extremadamente larga. La última vez que visitó la Tierra fue en el siglo XVI, y según las estimaciones de los astrónomos, no volverá a acercarse a nuestro planeta hasta dentro de 434 años.
Los cometas, como Nishimura, son una mezcla de pequeñas partículas de polvo y hielo, incluyendo minerales residuales de la formación del sistema solar, agua, metano, amoniaco y materia orgánica. Cuando estos cometas pasan cerca del Sol, se calientan, liberan gas y parte de su agua puede quedar líquida. Esto debilita el interior del cometa, lo que puede llevar a su fragmentación.
Los cometas de largo periodo, como Nishimura, provienen de la nube de Oort, una estructura que rodea el Sistema Solar y está formada por miles de millones de cuerpos helados. Esta nube se encuentra a una distancia de unas 2.000 veces la distancia entre la Tierra y el Sol en su punto más cercano.
Oportunidad única
El cometa Nishimura nos ofrece una ventana única para observar un evento celestial que ocurre muy raramente en la vida de una persona. Su breve paso por nuestro cielo nos recuerda la maravilla y la belleza del universo que nos rodea.