Este domingo tuve una entrevista con el periodista Jorge Valdez por Exitosa Radio/TV, sobre un delito que se ha incrementado en Latinoamérica y que también tiene repercusión importante en el Perú, pues las cifras se han incrementado peligrosamente. Me refiero a la extorsión, modalidad delictiva que usa la intimidación, amenaza o violencia, contra una persona, para conseguir una ventaja económica indebida.
Esta modalidad delictiva tiene una sanción mínima de prisión de 10 años y máxima de cadena perpetua en la modalidad más agravada. Hay dos tipos de extorsión: la virtual, que usa las redes sociales o celular; y la directa, en la que los extorsionadores interactúan con sus víctimas de manera personal.
Denuncias por extorsión se disparan
En el año 2016 se denunciaron 185 casos, en el año 2019 unas 771 denuncias, después de la pandemia, en el 2021 habían más de 4000 denuncias. Ya el año 2023, casi 20 000 denuncias y ello se debe a la presencia de organizaciones delictivas extranjeras, que tienen mayor capacidad operativa.
En Aprosec detectamos seis etapas que usan los extorsionadores, las cuales detallamos a continuación:
Selección de la víctima
Recogen información de la víctima en redes sociales, elaboran listas ya trabajadas de posibles víctimas y se venden al mejor postor, por características de la propia víctima, como llevar un perfil alto, conversaciones de dinero, negocios o temas sensibles en lugares públicos o datos obtenidos de su propio entorno.
Ablandamiento de la víctima
Los delincuentes inician conversaciones en redes o vía telefónica, haciendo conocer sus intenciones.
Recogen información de la víctima en redes sociales, elaboran listas ya trabajadas de posibles víctimas y se venden al mejor postor, por características de la propia víctima, como llevar un perfil alto, conversaciones de dinero, negocios o temas sensibles en lugares públicos
La Intimidación
Las tranquilas conversaciones iniciales, se convierten en amenazas verbales y/o físicas.
La exigencia
El extorsionador realiza sus demandas económicas.
El punto de quiebre
Se realizan acciones violentas contra sus víctimas, como disparar contra su negocio o vivienda, lanzar algún artefacto explosivos, hechos por los propios delincuentes (hechizas) hasta una granada, envían arreglos florales fúnebres o hacer llegar un reglaje detallado de la persona o familia.
Negociación
La víctima por miedo cede y acepta el trato económico.
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La extorsión es hoy, después del robo de celulares, uno de los delitos más frecuentes, debido a su simplicidad operativa para intimidar a su víctima, solo necesita un contacto virtual.
La principal dificultad para combatir este delito adecuadamente es la escasa o nula colaboración de la víctima, el miedo a represalias por parte de los extorsionadores es muy alta.
Hasta la fecha no se conoce ninguna política de Estado antidelito, una política pública es lo que el gobierno decide realizar o no. El gobierno lanzó el Plan Boluarte para combatir la criminalidad el 30 de agosto del año 2023 por el primer ministro Alberto Otarola, sin embargo y sin vergüenza ajena, la presidenta Dina Boluarte desmintió que exista el Plan Boluarte y dijo que fue planteado en un momento emotivo del premier.
Desde Aprosec volvemos a proponer que es importante sentar las bases con un trabajo integral y articulado, trabajando una política pública antidelito , para ello debe tener:
– Contar con indicadores
– Herramientas tácticas y modelos estadísticos que reflejen la situación real.
– Costos económicos reales para su implementación.
– Tener muy claro los posibles impactos y logros.
Escrito por César Ortiz Anderson
presidente de Aprosec.