El legendario, emblemático y útil cactus San Pedro🌵 ha recibido un reconocimiento y elevación. Ya no es una planta cualquiera. Ahora ostenta el título de Patrimonio Cultural de la Nación.
El Ministerio de Cultura declaró, mediante Resolución Viceministerial N° 00252-2022 VMPCIC/MC, que este recurso será protegido por sus prácticas del curanderismo en el norte del Perú.
El documento reconoce a esta especie como una expresión de una visión sistémica e integral de un universo cultural y antecedentes del Perú antiguo, al que se han vinculados elementos cristianos, dentro del cual, el cactus San Pedro es empleado en ritos como una guía para lograr una visión de la enfermedad y, por tanto, encontrar su diagnóstico.
Empleo del cactus San Pedro
Para el consumo de la planta, el paciente debe alistarse, proceso que puede tardar semanas o meses. Cuando llega el momento, un aspecto importante es la preparación del brebaje con la corteza del cactus, en la que interviene directamente el mismo especialista, quien recolectó la planta, que puede ser el maestro curandero o su asistente.
La cocción es acompañada con rituales para generar una comunicación con el espíritu de la planta, los cerros y los santos a los que se invoca la sanación.
“Una vez listo el brebaje, el ritual, dirigido por el maestro curandero, se celebra en el mismo espacio donde este fue preparado o un lugar al aire libre cerca de un cerro o laguna sagrada hacia los cuales se orienta la mesa ritual. Los rituales están dedicados, fundamentalmente, a la curación de pacientes, cuyas patologías son atribuidas a la acción de fuerzas negativas, por entidades espirituales o por la voluntad adversa que se ha valido de otro especialista”, explica en una nota de prensa el Ministerio de Cultura.
Bajo esta concepción, la curación consiste en la “limpieza” de tales fuerzas negativas que son expulsadas de la persona afectada, y con ello logra un equilibrio de fuerzas espirituales.
El sólido norte
La declaración es una iniciativa motivada por la Dirección Desconcentrada de Cultura de La Libertad, en coordinación con las Direcciones Desconcentradas de Cultura de Ancash, Amazonas, Cajamarca, Lambayeque, Piura y Tumbes. En estas regiones, el curanderismo concentra conocimientos y saberes, así como singulares prácticas transmitidas de una generación a la siguiente por pueblos y comunidades.
La Dirección de Patrimonio Inmaterial, en coordinación con las direcciones regionales involucradas en la declaratoria, y sus respectivas comunidades de portadores, tendrán a su cargo la elaboración cada cinco años de un informe detallado sobre el estado de la presente declaración.
De esta manera, el registro institucional podrá ser actualizado en cuanto a los cambios producidos en la manifestación, los riesgos que pudiesen surgir en su vigencia, y otros aspectos relevantes, a efectos de realizar el seguimiento institucional de su desenvolvimiento y salvaguardia, de ser el caso.