De sangre griega, pero peruano hecho y derecho, Aquiles Ralli es un artista con una mirada particular sobre la infancia. Esto lo refleja en su exposición El mundo olvidado de los niños, dedicada a los héroes anónimos que fallecieron por la inclemencia de la naturaleza, por los conflictos humanos y por el covid-19, pandemia que enlutó a millones de familias en el mundo.
La exposición estará abierta hasta el 12 de junio, en la Galería de Arte Raúl Joo Meléndez del Colegio de Arquitectos La Libertad, frente a la Plaza Mayor de Trujillo.
Jilbert Tarazona Valencia, curador de la muestra, señala que Ralli, con humor y perspicacia, es el artista que mejor ha pintado el mundo de los niños. “Su obra es el espejo de la vida. Así lo percibimos en sus pinturas La rayuela, El columpio, Jugando mundo, Niño orinando, Niño con bolero, Las canicas, La gallina ciega. En esta temática, como en toda su obra, se aprecia la luz, la línea y un estilo personal, expresando un mensaje profundo y hondamente estético”, considera.
Añade que, por lo general, la obra de Ralli gravitó en sus emociones de niño, pues lo fue hasta el fin de sus días, adoptó una postura personal y se negó a someterse a dogmas y corrientes foráneas. “No calló nunca en la burda copia ni en la imitación, fue siempre un artista original”, valora.
En mayo de 1977, uno de sus cuadros titulado Alumnos mirando al cielo fue donado a la Unicef (entidad que trabaja por los derechos de los niños en el mundo), por un coleccionista peruano convirtiéndose en el primer pintor peruano que tendría un cuadro de su producción en tan importante entidad.
Llevo tus colores
El reconocido artista José Sabogal, dijo, en 1953, que Aquiles Ralli no se siente atraído por la fuerza de sus ancestros helenos hacia las socorridas modalidades contemporáneas de los rumbos pictóricos greco-latinos. “Le atrae el deslumbrador paisaje peruano la revelación de sus oriundos pobladores y, poseído por su seguridad viaja por nuestro viejo Perú, que guarda también añejas esencias de arte, cual otra Grecia antigua de América. Ha peregrinado por sus paisajes de cordillera andina y de la costa marítima. Lima, ciudad de la transición vertiginosa, le da las imágenes de nuestra hora y también las de la añoranza romántica en vivencia clandestina, que Ralli logra non medios sencillos de amplio volumen, los que transmiten gracia y ternura, con cualidades de valores plásticos”, considerada.
El periodista y crítico Mirko Lauer ubicó a Aquiles Ralli, como “un artista en el siglo”. Afirma que pintó durante toda su vida y lo hizo con intensidad, dentro del marco de las corrientes de la plástica peruana. Se inició en las lecciones del indigenismo clásico, pero pronto empezó a buscar caminos más personales y pronto llego a definir un estilo propio, inconfundible con todos los temas que abordó.
El curador Jilbert Tarazona concluye que la exposición El mundo olvidado de los niños es un llamada a la reflexión, al voltear la mirada al pasado apenas presente.