En La Libertad, de un total de 80 casos de violencia, 15 son de tipo sexual. Así lo demuestra el último reporte de la plataforma Síseve del Ministerio de Educación, que incluye datos desde finales de marzo hasta el mes de mayo de este año. Lo más grave es que de ocho denuncias, el mismo personal de los centros educativos, en especial del nivel primario, son los agresores.
El gerente de La Dirección Regional de Educación de La Libertad (Grell), Oster Paredes Fernández, señaló que cada año son más las exigencias al momento de reclutar y evaluar al personal; sin embargo, manifestó que aún no realizan capacitaciones que ayuden a los tutores a identificar a tiempo posibles casos de violencia sexual.
“Nosotros capacitamos a los docentes en cuanto a los procedimientos que se deben dar cuando se presente una denuncia de violencia sexual. Lo que sí o sí enfatizamos es que separen, de inmediato, al imputado de su centro laboral y que, a la vez, lo deriven a Fiscalía”, comentó el titular regional de la Grell.
Sin embargo, muchos de los docentes consultados por Buenapepa recalcaron la ausencia de talleres de capacitación en sus instituciones educativas. Referencian que la última reunión sobre este tema se realizó antes de la pandemia, en 2019, y solo participaron los tutores.
Desde el 2013, se han registrado 296 casos de violencia sexual en los colegios de La Libertad, de los cuales, en 208 han estado implicados los trabajadores de la institución.
Etapa preventiva
En este último año, la violencia sexual que padecen los estudiantes ocurre, con mucha frecuencia, bajo la modalidad de tocamientos, actos de connotación sexual y actos libidinosos. En aquellas denuncias, en las cuales el personal de la escuela está involucrado, se registra como motivo de la agresión la personalidad del menor agredido, ya sea porque este es callado o tímido; así como el afán de molestarlo por las características u ocupación de sus familiares. Por otro lado, en los casos, en los que los escolares son reportados como agresores, se señala como razón la costumbre personal y familiar de quien agrede.
Bajo esta línea, el sicólogo Pedro González Silva, quien cuenta con el canal de YouTube 1lugarparapensarnos, enfatizó la necesidad de reforzar acciones en la etapa preventiva y en la detección oportuna de los casos de violencia, en especial, si es de tipo sexual.
“Sabemos que la agresión sexual es una situación difícil de contar y más en los niños. Por ello, convendría reconocer los cambios conductuales y ciertas omisiones de quien fue agredido. Los docentes deben apoyar en ese aspecto, ya que ellos pasan mayor tiempo con los niños y saben sus patrones de comportamiento. Cuando perciban ciertos cambios, deben derivar al menor al consultorio sicológico porque, en sí, la violencia sexual se da de manera gradual y siempre hay señales de alerta”, expresó el especialista en salud mental.
A pesar de ello, el gerente de Educación Oster Paredes señaló que no es papel del educador detectar posibles casos de violencia sexual. Por otro lado, aseguró que se está incrementando el número de talleres que permitan interiorizar los procedimientos que se deben seguir cuando se presenta un abuso sexual dentro de las instituciones educativas.
Sin capacitaciones
El gerente de Educación indicó que con las 15 Unidades de Gestión Educativa Local (Ugel) han realizado capacitaciones con la intención de reforzar la estrategia de convivencia escolar en temas de prevención de la violencia sexual, acoso, ciberacoso, prevención de la xenofobia y del suicidio. “Desde abril trabajamos talleres que ayudan a cumplir lo propuesto en el plan regional de convivencia escolar. Ayer hemos tenido uno. A nosotros, como pedagogos, se nos hace difícil detectar posibles casos de abuso sexual; por ende, no podemos brindar información al respecto. Lo que nosotros sí socializamos son los manuales para la atención de la violencia escolar y la guía para la intervención de las instituciones educativas frente a la situación de violencia de adultos hacia estudiantes”, expresó Paredes.
Sin embargo, las docentes Anita Camacho Trujillo y Juliana Daza Hernández comentaron que este año no han recibido capacitación sobre cómo atender los casos de violencia escolar; empero han recibido un material bibliográfico que sí se relaciona con la prevención de situaciones de riesgos.
A nosotros, como pedagogos, se nos hace difícil detectar posibles casos de abuso sexual; por ende, no podemos brindar información al respecto.
La tutora Anita Camacho contó que en la institución educativa donde labora, se está planificando un taller de educación sexual para adolescentes. “De parte del Estado no tenemos aún propuestas de talleres de prevención y detección de situaciones de violencia. Sin embargo, a estas alturas del año, en coordinación con el Departamento de Tutoría, se está planificando un taller de educación sexual para adolescentes y se contará con la participación de obstetras, ginecólogas o enfermeras”, comentó la docente.
Asimismo, la tutora Juliana Daza Hernández dijo que las capacitaciones no están dirigidas a todas las docentes ni son realizados con frecuencia. “A esos talleres mayormente van las tutoras del comité de convivencia pacífica de la escuela. Hay cierto límite de participantes; por ende, se les prioriza su presencia. Generalmente, suelen durar varias semanas dependiendo del tema que se trate. No he recibido capacitación desde el 2019”, explicó.
También, la tutora del nivel inicial Jessica Cubas recalcó que en esos años que vienen trabajando, no ha recibido capacitación y evitan hablar de esos temas a sus estudiantes. “Como tal, no lo tratamos. Lo que sí hablamos es sobre el cuidado del cuerpo. En todos los años que vengo trabajando no he recibido capacitaciones al respecto, pero sí sé, más o menos, cómo detectar este tipo de situaciones. Creo que como el nivel inicial no ha reportado casos de violencia sexual, no se enfatiza mucho el tratamiento de esta”, expresó.
Cómo detectarlo
El sicólogo clínico Pedro González recalcó que los que padecen violencia sexual presentan cambios conductuales muy notorios. “Recordemos que la violencia sexual no es como lo señalan las películas. Esta, lamentablemente, presenta indicios que, poco a poco, la van alertando. Los menores que sufren esta aberrante agresión suelen presentar cambios muy marcados en su comportamiento. Por ejemplo, si antes eran extrovertidos, empiezan a tomar actitudes de rebeldía o timidez. Muchas veces, los niños no van a hablar porque no tienen el soporte ni apoyo suficiente en la familia ni en la escuela”, expresó.
Es por esta razón que el sicólogo Gonzáles insiste en la inversión en sicoterapia, los talleres de sexualidad, seguimiento sicológico de los afectados y una mayor cantidad de sicólogos en las instituciones educativas.