InicioFruta frescaEl 2024 es un año bisiesto, ¿qué significa y cuál es su...

El 2024 es un año bisiesto, ¿qué significa y cuál es su importancia?

Cada cuadro años, el mes de febrero trae 29 días.

El 2024 es un año bisiesto, lo que significa que el mes de febrero tendrá 29 días en vez de 28. Esta particularidad ocurre cada cuatro años y se lleva a cabo para corregir las diferencias en el calendario.

Aunque en el imaginario colectivo el año tiene siempre 365 días, en realidad dura algo más; exactamente 5 horas, 48 minutos y 45,25 segundos más. Redondeando, 6 horas.

Dicho reajuste se lleva a cabo para evitar que las fechas astronómicas y cronológicas dejen de coincidir.

Tabla de Contenidos

2024 bisiesto

La colocación de los años bisiestos fue implantada por Dionisio ‘El Pequeño’, un monje de Turquía que en torno al año 200 (d.C) halló la diferencia entre lo que contaba el calendario juliano y la realidad.

Si ese desajuste no se corregía, en el plazo de 500 a 600 años el solsticio de verano podría suceder en el solsticio de invierno y viceversa.

De esta manera, Dionisio ‘El pequeño’ observó que para que todas las fechas coincidieran en el tiempo, era preciso que febrero tuviera un día más, para hacer realidad esas seis horas que de más que no se cuentan el resto de los años.

Fue Julio César quien, en el 46 a.C., tras un año que duró 445 días, decidió racionalizar el calendario. La reflexión que hizo Julio César vino a ser: “seis por cuatro… Perdemos un día cada cuatro años”. Y adjudicado: entre el 23 y el 24 de febrero.

Creencias

Los años bisiestos han sido asociados con todo tipo de rituales y creencias. En Grecia, algunas parejas tradicionalmente evitaban casarse en un año bisiesto porque se pensaba que traería mala suerte en el futuro.

En Reino Unido, los años bisiestos se conocen sobre todo como aquellos en los que las mujeres pueden proponer matrimonio a los hombres.

En Grecia, algunas parejas tradicionalmente evitaban casarse en un año bisiesto porque se pensaba que traería mala suerte en el futuro.

La costumbre se popularizó en el siglo XIX, cuando se alentó a las mujeres que realizaran sus proposiciones en tarjetas postales.

La leyenda dice que el santo irlandés San Patricio emitió un decreto en el que otorgaba a las mujeres el derecho a proponer el asunto una vez cada cuatro años.